Ya lo dijo Severo Ochoa (Premio Nobel de Medicina): El amor es la fundición de la física y la química. Y esta idea, que no podía ser más acertada, hace tiempo que está siendo objeto de estudio por algunos científicos. En realidad, los biólogos ya conocen algunos de sus ingredientes, como la vasopresina o la oxitocina. La oxitocina es una hormona que tradicionalmente se ha relacionado con el parto y con la estimulación de la producción de leche. Pero estudios recientes apuntan a que también es responsable de reforzar los vínculos afectivos entre las personas, la pareja y entre padres e hijos. Además, parece tener un importante papel en la excitación sexual. El vínculo de la oxitocina con las relaciones amorosas, parece estar demostrado, tanto en animales como en humanos.
"La oxitocina es el pegamento de la sociedad, tan simple y tan profundo" (Paul Zak, biólogo)
Hay algunas otras sustancias que se relacionan con el sentimiento amoroso, incluso hay algunos genes. ¡Vamos a investigar!
Investigadores de la Universidad de Chicago han demostrado que las personas, en particular las mujeres, son capaces de distinguir diferencias de olor entre dos hombres debidas a un único gen. El olor corporal característico de cada individuo se debe, entre otras cosas, a sus genes HLA, que codifican ciertas proteinas de la membrana celular. En el estudio, se secuenciaron los genes HLA de un grupo de mujeres a las que se les había pedido que diesen su opinión sobre el olor de un grupo de hombres no relacionados con ellas, a los que también se les secuenciaron sus genes HLA. La mujeres preferían el olor de los hombres cuyos genes HLA son medianamente similares a los suyos, mientras que no les gustaba tanto el olor de hombres cuyos genes HLA son o muy similares o muy diferentes de los suyos.
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La química del amor
Investigadores de la Universidad de Chicago han demostrado que las personas, en particular las mujeres, son capaces de distinguir diferencias de olor entre dos hombres debidas a un único gen. El olor corporal característico de cada individuo se debe, entre otras cosas, a sus genes HLA, que codifican ciertas proteinas de la membrana celular. En el estudio, se secuenciaron los genes HLA de un grupo de mujeres a las que se les había pedido que diesen su opinión sobre el olor de un grupo de hombres no relacionados con ellas, a los que también se les secuenciaron sus genes HLA. La mujeres preferían el olor de los hombres cuyos genes HLA son medianamente similares a los suyos, mientras que no les gustaba tanto el olor de hombres cuyos genes HLA son o muy similares o muy diferentes de los suyos.
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La química del amor
La dopamina, causante del enamoramiento
ResponderEliminarInvestigadores de la Universidad de Rutgers, de Nueva Jersey (Estados Unidos), han realizado recientemente un estudio sobre la esencia del amor. Es decir, han determinado los mecanismos internos que se desatan cuando nos enamoramos.
Para ello, se estudiaron los cerebros de 17 hombres y mujeres que se encontraban en fase de enamoramiento. El experimento consistía en la muestra de fotografías de los "seres amados". Después de distraerlos con varias tareas, les mostraron imágenes de personas neutrales. ¿Resultados?:
- Se produjo un aumento en la actividad de las áreas del cerebro relacionadas con la energía y la euforia, en el lado derecho, donde se concentran niveles más altos de dopamina.
- La dopamina es la sustancia que produce sentimientos de satisfacción y de placer y, por lo tanto, la causante del enamoramiento.
Otros investigadores, como Michael Liebowitz, autor de Chemistry of Love, y Anthony Walsh, autor de Science of Love: Understanding Love and Its Effects on Mind and Body, además de la dopamina también han identificado otras dos sustancias químicas causantes del amor: feniletilamina y oxitocina.
Y es que, romanticismos fuera, el amor apasionado únicamente se reduce a la producción de estas tres sustancias químicas del cerebro.
Las etapas químicas del amor
Reducido el amor a sustancias químicas del cuerpo, la Dra. Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers y autora del libro The Anatomy of Love, divide en tres las etapas del amor:
1. . Lujuria. Predomina la testosterona, por lo que prima el deseo de sexo.
2. . Atracción. Predomina la dopamina y la norepinefrina, con lo que estamos en la etapa de euforia y de romance.
3. . Vínculo. Predomina la oxcitocina y la vasopresina, por lo que se evoluciona hacia una relación apacible, duradera y segura.
Pasión con fecha de caducidad
Si se ha conseguido medir el amor a estos niveles, es fácil suponer cuándo se acabará la pasión. Según la profesora Cindy Hazan, de la Universidad de Cornell, en Nueva York (Estados Unidos), "los seres humanos se encuentran biológicamente programados para sentirse apasionados entre 18 y 30 meses".
Después de entrevistar a 5.000 personas de 37 culturas diferentes, llegó a la conclusión de que la pasión tiene fecha de caducidad. Biológicamente hablando, “este tiempo de vida es lo suficientemente largo para que la pareja se conozca, copule y tenga un niño”.
De nuevo, el culpable es el cerebro. Y es que desarrolla una tolerancia especial a la feniletilamina, que hace que el estado de excitación y euforia disminuya con el tiempo.
La locura de la pasión del primer momento se desvanece gradualmente en favor de sentimientos más emocionales y afectivos, gracias a que aumenta el protagonismo de otra sustancia química: la endorfina.
Parecida a la morfina, tiene la cualidad de generar una sensación de seguridad, tranquilidad y paz. Y esto es lo que nos hace mantener relaciones por largos años... quienes logren adecuarse a los nuevos cambios.